Diálogo en cinco actos
Personas:
Sofía
Pólemos
Lector
Escenario:
Un
lugar más allá de espacio y tiempo.
La caída de Sofía
Sophia:
¿Ay, que hace Usted aquí?
Polemos:
¿Y Usted?
Sophia:
Estoy bailando.
Polemos:
Estar bailando, no es hacer, es ser.
Sophia:
¿Por qué debía estar haciendo algo?
Polemos:
¡No ve, los humanos sufren!
Sophia:
Lo hacen o lo son?
Polemos:
¿Que quiere decir?
Sophia:
¿El sufrimiento, es que ellos sufren o son sufrimiento?
Polemos:
No le entiendo.
Sophia:
Entonces expliquese con un ejemplo.
Polemos:
Acabo de volver de Zurich, el 9 de septiembre de 1848. Allí hermanos
se han pegado a las cabezas y se han destrozado.
Sophia:
¿Sí, y? Esto lo hacen los humanos desde siempre.
Polemos:
Sí, pero luego se han vuelto a reunir en una mesa para llevarse
bien, otra vez.
Sophia:
Que bonito entonces, no cree? ¿Dónde está el problema?
Polemos:
Esta vez ha salido bien por narizes. En Parísii
esto era mucho peor. La mitad de Europa está todavía traumatizada
por el recuerdo. Si ellos no aprenden cómo mantener los límites, un
día, se destruirán del todo.
Polemos:
¡Sophia!!!
Sophia:
No entiendo su horror. Si no se disputarían, ellos dejarían de ser.
Lo que Usted prefiere, no llegar a existir o no dejar de hacerlo.
Polemos:
¡ser!
Sophia:
¿Así como un sonido sin cuerpo resonante?
Polemos:
¿A que se refiere con esto?
Sophia:
La energía es imperecedera, para siempre, sin ser creada. Pero lo
que los humanos aman es la masa, el “algo” en lo que se
transforma la energía tras la resistencia. Pero la masa está
limitada, ella no corre simplemente. Ella tiene resistencia y se
impone. Humanos no pueden simplente “ser”. Ellos sólo pueden ser
humanos. El „ser en sí“ no es nada específico, es “el nada”iv.
¿Usted ve este ríov?
No es un río porque lleve agua, sino porque esta limitado por una
orilla. Sin orilla no sería ningún río, en el mejor caso, sólo
agua. Si entre las bordillas de la orilla no corre ningun agua,
todavía hablaríamos de un cauce, un baranco o un río seco.
Nosotros lo hacemos porque sabemos que ahí había un río que había
formado este cauce. La masa del agua, que se peleaba tras la masa del
paisaje ha dejado un surco que es ahora el recuerdo de ello. Si el
agua hubiese únicamente pasado encima, sin roce, no lo
recordaríamos. Entonces no hubiera ningún río y nunca lo habría
habido.
Polemos:
¿Pero los suizos?
Sophia:
Estos son como un cauce seco, sobre el cual pasa el viento
llevandose los rastros del surco. Pronto nadie recordará nada de
ellos.
Polemos:
Pero ellos han realizado grandes cosas.
Sophia:
¿Grandes cosas?
Polemos:
¡Sí, la paz! Una unión pacífica de ideas totalmente diferentes,
el pluralismo, la neutralidad, la razón sobre la pasión.
Sophia:
¡Polemos, por favor, déjeme bailar de nuevo!
Razón
Polemos
cae en el espacio y derriba a Sophia que está bailando. Ésta
exclama fuertemente. Esta vez se ha herido en serio y debe sentarse.
Se le ha torcido el tobillo.
Sophia:
¿Tiene que atacar así, Usted? ¿Mire lo que ha hecho? Para que
tanta urgencia?
Polemos:
Los humanos.
Sophia:
¡Otra vez! ¿No hay nada más en la creación, por el cual Usted
puede preocuparse?
Polemos:
Sí, pero los humanos son especiales.
Sophia.
Aj.
(Sophia
expira este „Aj“ patéticamente y gira sus ojos.)
Polemos:
No sea tan indiferente. Los humanos son únicos.
Sophia
arruga la frente, pensativamente.
Sophia:
Bueno, con este pie, de todos modos no puedo bailar para un buen
rato. Sentémonos. ¿Que es lo que convierte los humanos en algo tan
singular en su opinión?
Polemos:
Ellos son éticos, ellos reconocen el bien y el mal.
Sophia:
Sí, esta absurdidad la deben a Usted. Les he advertido de que
comiendo de este fruto, perderían la vida eternavii.
Polemos
suelta una carcajada.
Polemos:
Ja, mire, esto no es culpa mía. Si los humanos no hubieran sabido
que esto está prohibido, luego ellos nunca habrían caído en la
tentación.
Sophia:
¿Qué culpa? No he prohibido nunca nada. Les he dado sólo el
conocimiento sobre el hecho que la distinción entre bien y mal
convierte la eternidad inalcanzableviii.
Les he mostrado mi sabiduría, pero ellos no sabían apreciarla. No
he creado las reglas, son eternas. Soy, somos la ley eterna.
Polemos:
¿Piensa Usted que los humanos, siendo conscientes de sigo mismos,
reconociendo su voluntad, podrán anhelar el bien?
Sophia:
Polemos, siéntese por favor. Creo que hablamos sin entendernos.
Polemos:
¿No solemos hacerlo casi siempre?
Sophia
suspira y frota su tobillo torcido.
Sophia:
Sí, casi siempre. Mire, tengo que darle la razon. Los humanos son
únicos. Sólo ellos creen en la diferencia entre bien y malix.
No es su fisiología especial o su extraordinaria capacidad que los
distingue. Es su problema exepcional de no ver el mundo como es, sino
pensar en categoríasx.
Polemos:
Muy bien. ¿Entonces acuerda conmigo que únicamente los humanos
tienen la capacidad de razonar?
Sophia:
No. ¿Pero esto es relevante para la pregunta?
Polemos:
Así que Usted piensa, por haber distinguido entre bien y mal, el mal
se ha conviertido en un problema para los humanos?
Sohpia:
Exactamente.
Polemos:
Entonces sólo tendríamos que explicarles que bien y mal no existen,
que todo es pura imaginación.
Sophia:
¿Quiere detenerlos de pensar? A pesar de todo bien y mal son reales.
Usted era quién vino indignado por las acciones bellicas de mozos
viriles. Yo en cambio bebo su sangrexi.
Polemos:
Sophia, por favor, déjeme en paz con su expresión arcaica
maloliente. Me daña las orejas.
Sophia:
Disculpeme. Es que yo soy el origen.
Polemos:
Lo sé, pero podemos dejarlo al lado y charlar de modo civilizado?
Sophia:
¿Civilizado?
(Ella
se ríen y forja la frente.)
¿A
qué se refiere Usted con civilizado?
Polemos:
La aspiración hacia lo bueno, lo hermoso. El bien para los humanos.
Sophia:
Así, hmxii.
¿Que es lo bueno para los humanos? ¿Vivir eternamente? ¿Sin dolor,
sin molestias? ¿En paz como yoxiii?
Polemos:
¡Sí! (Su cara se alegra.)
Sophia:
Entonces tendrían que dejar de ser humanos, dejar de vivir. La vida
es en el mundoxiv.
El mundo es la paz. El mundo es la vida. Yo no vivo, sólo soy xv.
Polemos:
¿Al final es la vida que les hace únicos? ¿Y la paz, la aspiración
lo bueno que los distingue de los demasxvi?
Sophia:
Ellos se distinguen de nosotros y por ello viven. Ya que sólo vive
lo que muere. Nosotros no morimos. Pero esto no los distingue de los
demás en el mundo.
Polemos:
¿Y la paz?
Sophia:
La paz no es anhelar el bien. ¿Usted recuerda? Cuando los humanos
comenzaron a poner nombres, no se conformarona relacionarse con los
seres vivos, nombrandolos. Querían controlar los demás, como si
ellos mismos no fueran parte de este mundo, así comos si pudieran
separarse del mundo. Tan pronto como dejaron de sentirse en el mundo,
ellos podían contemplar el mundo como lo Otroxvii.
Entonces ellos no estaban más en el mundo, sino despegado de ello.
Empezaron a ordenar los nombres y concretizar un marco invariable
para la naturaleza de cada uno de los seres, a de-finirlos. Ellos
empezaron a distinguir el espacio y el tiempo, desmenuzando todo y
contando sus partes, compararlas y clasificarlas entre desiguales e
iguales. Esto es el pensamiento categórico. Sólo una naturaleza
enajenada de si misma, que se haya desenlazado del mundo, puede
hacerloxviii.
Polemos
se incorpora y se jacta.
Polemos:
¡Esto me lo deben a mí! Les he enseñado como dominar el mundo,
como llegar as ser como Usted.
Sophia:
¿Llegar a ser como yo? Ellos ya son yo, sólo que no lo saben. ¿Por
qué ha hecho esto?
Polemos
mira de manera alterada a Sophia.
Polemos:
Yo quería ser como Usted. Tan dulce y despreocupada bailando delante
de mí.
Sophia:
Pero si siempre lo ha estado haciendo!
Polemos:
Sin embargo choco siempre con Usted.
Sophia:
¿O yo con Usted?
Polemos:
Nunca lo he visto desde este punto de vista.
Sophia:
¿Entiende ahora por qué los humanos viven en la disputa? La disputa
es su razón.
Polemos:
Pero la razón es algo bueno. Permite asomar cosas y evitar lo mal.
La razón da al hombre la posibilidad de vivir en paz.
Polemos:
Lo que iba a decir es que así podrán evitar de destruirse.
Sophia:
¿Destruirse?
Polemos:
Anonadar.
Sophia:
¿Anonadar, de no ser?
Polemos:
Exáctamente.
Sophia:
No hay ningún “no ser”, todo es siempre.
Polemos:
Quiero decir, no ser más hombres, que un día no habrá humanos, ni
pájaros, ni árboles, ni ríos.
Sophia:
¿Esto quieren impedirlo con la razón? Es la naturaleza humana de
ser finita, terminable. La existencia concreta está siempre
definida, única y fugitiva. Sabemos ambos que la humanidad llegará
a su fin. Y sabemos también cuándo.
Polemos:
Pero Sophia, ¿Usted no ve cuanto agonizan los humanos? Tienen miedo
de su fin.
Sophia:
¡Les he advertido!
Sophia:
No simplemente, su fin esta comprendido en su comienzo. No hay
comenzar sin terminar. Y ser humano es finito. ¿Qué diferencia hace
para los humanos morirse al fin de sus vidas o extingirse
conjuntamente con el resto de la humanidad? Suponiendo que sean tan
razonables, deberían saber que este mundo tiene un final.
Polemos:
Sí, pero en un período tan exorbitante que no es importante para
los humanos.
Sophia:
¿Que entonces es importante para los humanos?
Polemos:
Quieren creer que su vida tiene un sentido y que algo quede de ellos
despues de su muerte.
Sophia:
¡Que estupidez es esta! Naturalmente queda algo. No nos poníamos de
acuerdo de que la energía y la masa son transformaciones uno del
otro, no pueden ser destruidas.
Polemos:
Sí, pero los humanos quieren que un poco de ellos mismos permanezca,
algo que tenga sentido.
Sophia:
¿Yo no hago sentido?
Sophia
se levanta disgustada. Por lo visto su pie está mejor.
Polemos:
Pero los humanos quieren …
Sophia
interrumpe
Polemos:
Los humanos quieren mucho me parece.
Con
estas palabras ella se gira y se aleja saltando ligeramente en su
órbita. También Polemos va bailando.
Sentido
Durante
un tiempo Sophia y Polemos no se cruzan más. Luego, de repente ellos
chocan en una vuelta hacia atrás.
Sophia
y Polemos al mismo tiempo: ¡Aya!
Sophia:
Ahora he chocado yo con Usted.
Polemos:
Si Usted lo dice. Yo preferiría creer que la he empujado yo.
Sophia
sonríe.
Sophia:
¿Todavía se preocupa por los humanos?
Polemos:
¿No acordamos que los humanos son únicos por su razón ética?
Sophia:
¿Razón ética? ¡Cuanto ama Usted la abstracción! No. Esto no les
hace unicos.
Polemos:
¿Entonces es su desgracia que los convierte en únicos?
Sophia:
¿Lo es?
Polemos:
A pesar de todo los humanos son los únicos seres que tratan de
repartir el mundo en categorías para entender las relaciones y
prever sus efectos en el futuro, para causar el bien y evitar el mal.
Sophia:
Polemos, Usted va demasiado rápido. Aunque otras naturalezas
pudieran formar categorías – un punto que no está de debate aquí
– los humanos son los únicos que utilizan estas categorías para
repartir el mundo en uno bueno y uno malo. Así sufren menos, por el
momento, porque pueden poner sus penas en un contexto mayor. Pero al
mismo tiempo sufren más porque sienten nostalgia por la inmortalidad
perdida. Ser humano es profundamente ser mortal. Hasta qué punto la
capacidad de preveer futuros acontecimientos les pueda aliviar sus
penas, no está claro para mi.
Polemos:
Ahora que los humanos saben lo que es bueno, podrán evitar lo malo.
Sophia:
¿De que manera? ¿En que consiste lo malo?
Polemos:
La muerte.
Sophia:
¿Y como iba la razón a evitar la muerte?
Polemos:
Dando un sentido trascendental a la vida.
Sophia:
¿Trascendental? ¿Usted no tiene idioma propio?
Polemos:
Es decir, un sentido, que deja algo atrás del hombre cuando se
muera. Un sentido que trasciende lo eterno en el hombre.
Sophia:
No hay nada eterno en el hombre. Lo eterno que pudiera trascender no
sería nada humano.
Polemos:
Sí, pero el hombre quiere tener un significado.
Sophia:
Todo lo creado tiene un significado, es lo que se exprime tras ser
creado.
Sophia:
Todo lo que se encuentra, también se extraviará.
Polemos:
¡No!!! (Polemos grita de modo
espantado.) El hombre tiene que
conectarse a una relación con lo eterno.
Sophia:
¿Y quiere conseguirlo, separando este mismo enlace?
Polemos:
Tiene que poder reconocer el bien antes de poder conseguir el bien.
Sophia:
¿Y el bien para el hombre es...?
Polemos:
La vida eterna.
Sophia:
Pero ser humano no es eterno.
Polemos:
Por eso, el hombre quiere encajarse en un marco eterno, sentirse
parte de un todo infinito.
Sophia:
La infinidad no tiene ningunas partes. Lo todo es todo porque es
indiviso.
Polemos:
Es evidente. Pero el hombre tiene miedo de pasar.
Polemos:
Pienso que sí.
Sophia:
¿A que le sirve entonces la razón?
Polemos:
Para prever su muerte y asignar su tiempo a lo que realmente le da
sentido en la vida, para crear el bien.
Sophia
se pinta las uñas, obviamente aburrida, y sueña con los ojos
abiertos.
Sophia:
¿Cómo puede el hombre prever su muerte por medio de la razón?
Polemos:
No sabrá el momento exacto, pero puede adaptarse a la idea de morir
y así meditar su vida.
Sophia:
No le entiendo. ¿No dijo Usted que la causa de su sufrimiento es que
el hombre sabe que va a morir? ¿Cómo iba este conocimiento a
consolarlo ahora? El hombre es tan razonable cómo todo. ¿Para qué
necesita un sentido mas allá?
Polemos:
Con la razón tratan de ponerse en contacto con Usted.
Sophia:
Ya, allí lo tiene. Los humanos están siempre unidos conmigo. Trás
mi están ligados con todo lo demás. Es su razón la que les deja
creer que no son parte de este universoxxiii,
que estuvieran fuera.
Polemos:
¿Entonces Usted piensa que no importa lo que los humanos van a
hacer? ¿ Ya que de todos modos morirán, su mundo será destruido y
ellos dejarán de existir?
Sophia:
Morirán, su mundo pasará, sin embargo ellos no dejarán de ser.
Ellos dejarán de ser humanos. Entonces ellos serán como yo. No es
indiferente lo que van hacer. Ellos son lo que hacen. Su hacer es lo
qué exprime su humanidad. Su busqueda infatigable por la unicidad,
por ser distintos, es su lucha conmigo que convierte los humanos en
humanos y los hace únicos. Ellos y sólo ellos, me ponen a pruebaxxiv.
Ellos y sólo ellos me dan nombres. Tras ellos yo también puedo ser
mortal, puedo ser un "algo", existir.
Los
ojos de Sophia empiezan a brillar con estas palabras.
Polemos:
¡Usted ama los humanos! (Él está
totalmente sorprendido.)
Sophia:
¿Amar? ¿Podemos dejar este tema al lado?
Polemos:
Bien. Usted piensa que es la separación que define los humanos.
¿Esta separación se produce por medio de la razón? Y ahora el
hombre sufre por esta separación, por su finitud y trata de unirse
de nuevo con Usted para ser inmortal?
Polemos:
Hm. Pero todavía no veo claro como los humanos puedan saber lo que
es justo o equivocado.
Sophia:
No lo justo o lo equivocado da sentido a los humanos, sino tras sus
haceres disciernen entre bien y mal, su razón.
Con
estas palabras Sophia desaparece y deja a solas a Polemos. Él da
vueltas en circulos alrededor de si mismo en el lugar.
Responsabilidad
Polemos
gira todavía en círculos cuando aparece Sophia al horizonte.
Polemos intenta evadirla, pero choca con Sophia de immediato. Sophia
suelta una carcajada al caerse.
Sophia:
No podemos cambiar nuestra orbita. ¿Es un eterno fluir, ya se ha
olvidado?
Sophia:
¡Y mire lo que se ha creado tras ello!
Con
su índice Sophia indica las aguas abisales del océano indio.
Polemos
asiente con la cabeza: Entiendo. Esto era la causa de toda disputa
que oía allí en Zurich, los humanos se chocaron entre ellos. ¿No
hubiera sido bueno para los hombres tener una respuesta clara,
objetiva, para arbitrar su disputa?
Sophia:
¿Sería mejor que el universo fuese un disco plano en vez de una
bola? Círculos paralelos en un disco nunca se cruzan. En cambio,
nosotros nos chocamos permanentemente. El círculo en dos dimensiones
no crea nada y no destruye nadaxxvi.
Allí no hay nada que existe. Sólo fluir. ¿Usted lo preferiría?
Polemos:
¡Naturalmente que no! (Él mira a
Sophia como si ella fuese un niño ignorante.)
¿Y si todo fuera un solo punto de lo cual surgiría todo?
Sophia:
Entonces nunca volvería. No hubiera ningún mundo, sólo muchas
naturalezas enviadas a extravíarse en el infinito del espacio.
Polemos:
Pero por lo menos una regla, una ley, lo haría más simple arbitrar
las disputas.
Sophia:
¡Hay una ley! Yo soy la ley. Todo lo que nace, morirá.
Polemos:
Pero ¿cómo deben los humanos actuar entonces?
Sophia:
¿Humanamente?
Polemos:
¿Que se considera humanamente?
Polemos:
Pero no dijo que el bien sólo existe porque los humanos lo
distinguen.
Sophia:
Exactamente.
Polemos:
Pero no lo distinguen de maneras iguales.
Sophia:
¿Seguro que no? ¿Cómo fue eso con los habitantes de Zurich?
Polemos:
Ellos buscaron la libertad como su bien superior. Pero los intentos
anteriores de los franceses de encontrar la libertad acababaron en la
servidumbre. Esto les sacudidía. Por eso, ellos dudaron de estas
ideas y buscaron otras posibilidades.
Sophia:
¡Libertad! ¿Yo pensando que buscaron la paz?
Sophia
está totalmente sudada de bailar y se siente.
Libertad
Polemos:
Los humanos quieren vivir según sus propias reglas, no ser
esclavizados por las leyes de la física, de Dioses o de otros
humanos.
Sophia:
Aja. (Sophia está mirando
pensativamente.)
Polemos:
Su razón los libera. Trás ella reconocen su particularidad y pueden
distinguirse del mundo.
Sophia:
Es justo. Pero ellos no pueden pedir la libertad y la paz. La paz es
estár en el mundo, la libertad es poder alejarse del mundo.
Polemos:
¿Entonces a los humanos sólo les queda la guerra?
Sophia:
¿Nosotros nos hacemos la guerra?
Polemos:
Bueno, chocamos permanentemente.
Sophia:
Pero esto tambíen crea un momento para detenernos y mantener
conversaciones ociosas sobre los humanos.
Polemos:
Correcto. Sin choque nunca nos encontraríamos y eternamente
andaríamos en círculos paralelos. Nada se produciría de ello,
ningún tiempo, ningún espacio, ninguna creación.
Sophia:
¿Por qué iba a ser distinto en el caso de los humanos? Al fin y al
cabo, ellos surgen de nosotros.
Polemos:
¿Piensa Usted que la razón hace los humanos libres del mundo. Sus
actuaciones libres crean el sentido, bien y mal? Entonces, por su
chocar con otras personas, ellos están iniciados para detenersexxviii
y darse una respuesta. ¿Así es que la libertad les hace
res-ponsablesxxix?
Sophia:
Sí, exactamente.
Polemos:
¿Entonces su sufriemiento es parte de su ser humano?
Sophia:
Ellos no pueden impedir las desgracias. Pero su pena les obliga a dar
una respuesta, tanto a los causantes de sus sufrimiento y a sus
víctimas como a si mismos y a nosotros. Por medio de su respuesta al
sufrimiento ellos se ponenxxx
en contacto con nosotros y nos dan una cara.
Polemos:
Entonces casi tendríamos que ser agradecidos a los humanos.
Sophia:
Y lo somos.
Polemos:
¿Pero cuando ellos dejen de ser, su mundo se terminará?
Sophia:
En este caso, se crearará algo nuevo.
Con
estas palabras Sophia se levanta, hace una reverencia ante Polemos y
va flotando con paso ligero al infinito.
i
El evento de la caída y la apariencia de Polemos, es decir, la
creación de dos dónde antes sólo había uno, es algo
contemporaneo. Todavía no he encontrado el medio estilístico para
expresar esto. Sorry ;-)
ii“en
Paris” se refiere a la Revolución Francesa.
iii
Aquí sería más correcto que Sophia diga „eah“ al Tomellosero,
pero no me parece appropiado por el estilo ;-)
iv
Tal cual como lo describe Michael Ende en su „Historia
Interminable“.
v
Esto retoma los fragmentos sobre el río (Flussfragmente) de
Heraclitus.
vi
Es importante dar émfasis a la idea de que los circulos no están
dibujados, sino se crean tras la actividad de Sophia y Polemos,
según un rítmo interno.
vii
Se refiere al relato biblico de la culpa original.
viii
El dilema de la emancipación, de la Ilustración, que el
conocimiento conlleva responsabilida.
ix
Estoy tentada de pensar que realmente es lo único que os distingue
del resto de la creación, de los animales y otras personas no
humanas.
x
Esto es un argumento en favor para un „nominalismo“ filosofico,
aunque no estoy del todo seguro que Heraclitus era nominalista (mira
en Wikipedia „Nominalism“.
xi
Es este aspécto de Kali-Durga en Kali-Ma. Tu sabes a quién me
refiero...
xii
„So, so“ es una exclamo muy del dialecto de Zurich, parecido a
nuestro „eah“, e incluye todo una filosofía. Para realmente
entenderlo debes conocer (y comprender) el chiste de” las dos
ranas en la piedra”.
xiii
Esto es una inconsistencia lógica de mi diálogo. Sophia no está
en paz, ella sola. Solo está en paz conjunto a Polemos. Todavía no
sé como expresar esto, o simplemente borrar la segunda parte de la
frase.
xiv Es un juego de palabras que haco en la traducción rusa del texto. La palabra rusa “Мир” (mir) significa “mundo” y “paz.
xv
Es algo inexacto decir „vivir“. Mundo se refiere a la totalidad
de lo que hay, no al planeta tierra y vivir a tener una existencia
discreta en términos matemáticos, una identidad, ser una cosa, un
algo.
xvi
Podría escribir „los demás“ o „lo demás”. No estoy
segura, si realmente existen “cosas” non-animadas,
non-cognitivas, en el universo. Es una questión abierta.
xvii
Este „Otro“ incluye toda la definición del filósofo Emanuel
Levinas.
xviii
Recuerdos de Kant y Marx…
xix
Recuerda paz=mundo
xx
„merced“ en castellano expresa mucho mejor la idea que „el
fin“ es al mismo tiempo „el destino“, „lo que merecemos“,
merced de merecer. Esto no se puede traducir al alemán. Idual como
la palabra “sendo”, y la cultura peculiar de “pasión” que
tenemos, incorporando estas mismas ideas en la “Corrida
Castellan”, la “Pasión de Cristo” y el “roze que hace el
amor”.
xxi
Las diferencias de significado enter “ser extraviado” y “ser
perdido“ también se exprime en alemán, pero no fue consciente de
ello hasta traducirlo. Tiene una dimensión más profunda que
todavía me queda para elaborar.
xxii
Esto es el paradigma de Emanuel Levinas.
xxiii
La palabre alemana „All“ significa universo, todo lo creado,
pero también simplemente todo.
xxiv
Esta frase ne exprime como quisiera la idea del concepto de Levinas
„the appeal of the Other“ como base para la relación entre el
humano y su dios.
xxv
Lo demas no se siente.
xxvi
Mira los imagenes en la portada.
xxvii
Esto no me gusta, es vago e incorrecto, pero no sé decirlo mejor,
por el momento.
xxviii
En alemán es literalemente „movidos para detenerse“, un
paradoxon muy interesante…se podría también traducir
“motivados”. Quiere expresar que el movimiento es lo eterno y la
detención, la pausa, la síncope es el comienzo de la creación de
seres particulares, identidad, nombres...
xxix
Responder viene de res-pondere, volver a poner [en su lugar].